Día 62

Bueno señoras y señores, lectores diarios y pasajeros de este Blog, esto tarde o temprano iba a suceder y lamentablemente mi vida de no hacer literalmente nada, se acabo. La cosa es así: el año pasado terminé el secundario y a pesar de que todavía no caigo, este año me depara la universidad. La verdad es que parece que fue ayer que empecé mi ultimo-primer día de clases. Ahora tengo que resignarme y decirle adiós a los privilegiados años en que si de madrugar se trataba, era levantarse a las once del casi-mediodía, adiós a los desayunos-almuerzos, adiós a olvidarme de la tarea, y por ende, adiós a zafar por no hacerla. Si el futuro lo veía muy lejano, pronto me va caer la ficha de que el futuro es hoy, y sin embargo aún no siento el nerviosismo que esperaba sentir, pero de a poquito se hace presente en mi. No se con que me voy a encontrar en ese nuevo mundo, un mundo grande, demasiado para mi gusto... Y puede ser que tenga algo de miedo, quizás de no ser aceptada, de que me vaya mal, de fracasar. Yo diría que un poco de todo eso, y de más. Y ahora yo misma me preguntaría: ¿La nena no esta grande para tener miedo? No, nunca se es lo suficientemente grande para no sentir miedo. Seguro que en este mundo Blogger también deben haber unos cuentos que este año tienen que dar el mismo paso que yo, así que me entenderán... Es un pasito obligatorio, porque tenes que ir adelante si o si, sin mirar atrás, porque aunque lo hagas, no podes retroceder. La verdad que me falta ese empujoncito de: "Dale que vos podes!". Ya no puedo quedarme en casa porque el día amaneció lluvioso. Ni puedo faltar más de la cuenta, o dejar cosas para lo último porque no me conviene. Pero decirle chau a la vida de estudiar lo justo y lo necesario no va ser fácil. Aún así quisera volver el tiempo atrás, y ser otra vez una nena de seis años, y que mi única preocupación y deber era portarme bien y jugar con todos los nenes en el jardín. Pero no puedo... Si tuviera que dar un consejo sería este: Hace valer cada instante que vivís, porque cuando te quieras dar cuenta, vas a estar con libros de doscientas hojas para leer en menos de una semana, unas cuantas facturas para pagar, un trabajo estresante y firmando un contrato de por vida, que se llama CRECER. Definitivamente crecer es la única deuda pendiente que tenemos que pagar tarde o temprano todas las personas. Igual la esencia de la vida, es verle siempre el lado positivo a las cosas.

Entradas populares de este blog

Dia 408