Día 69
Y empezó abril según me dijo mi calendario, y empezó el otoño me lo advirtieron las hojas en el suelo, y empezó el frío y las ganas inmensas de que me abraces más que en el verano, y empezó la lluvia y mi mente se me va volando. Y el tiempo se llevó los malos recuerdos, y con el resurgió el amor. Ahí ese amor que me hace suspirar al levantarme, y no poder evitar querer un beso más de despedida, uno y otro más para que la despedida sea eterna y para que vos sigas presente, hasta que nos reencontremos. Y la lluvia me hace querer volar y soñar, aunque sea por un instante, imaginándome que vos estas acá, esperándome con los brazos abiertos para descansar a tu lado, y con la lluvia de testigo, como una canción acurrucadora para un niño. Igual se que la distancia no nos puede separar, porque vos y yo somos inseparables, el tiempo y hasta la lluvia lo demostró. Y entre idas y vueltas, vos estas conmigo desde allá, y yo allá con vos, aunque físicamente este acá. Hay amores que viven más de cien años y mueren, el nuestro no tiene tanto tiempo como aquellos, pero si lo suficiente para no morirse. Porque cuando dos personas están destinadas a vivir juntas para el resto de sus vidas, con el tiempo se demuestra y la vida confirma que sus corazones siempre van a terminar unidos. Por ahora voy a soñar que por las noches estas junto a mi, pero sé que en el futuro, cuando tengamos nuestra propia casita, vamos a tener el resto de nuestras vidas para dormir abrazados y amanecer con los besos del otro, en días lluviosos como estos.