Día 122

Sea por lo que sea jamás le muestres al mundo tu única debilidad: la de amar. Sentada sobre el borde de la cama me resigné a pensar a dónde había llegado. Me recordaba a un libro que había leído hace muchos años, esos que hay que elegir tu propia aventura en vez de leer de corrido para llegar a distintos y posibles finales. Ahora, volviendo a mi vida me pregunto cual fue la peor elección que hice para tener este final. La primera vez que lo dije lo recuerdo como si hubiese sido ayer, los nervios me consumía pero la felicidad me invadió cuando el respondió un sincero "yo también", pero jamás lo tendría que haber dicho, porque sabía muy bien que significaba hacerlo, dejar en descubierto mi propio pie de Aquiles y que el resto dependiera del destino y no de mis propias decisiones. No maldigo ese día pero si el tiempo regresara atrás creo que lo pensaría dos veces. Si lo dije fue para dar el siguiente paso pero si hubiera sabido que esas palabras eran imprescindibles para la vida probablemente ahora no estaría tan dependiente de ellas ni de que las digas. El error no fue haberlo dicho sino a quien se lo dije porque no se si al decírnoslo mutuamente nos ayuda o nos hace retroceder dos pasos atrás. Finalmente tengo que aclarar que decir "Te amo" es perjudicial para la salud, para la mente y para el corazón. No lo estudie, lo aprendí, porque cuando se trata de amor se actúa a prueba y error.

Entradas populares de este blog

Dia 408