Día 171
En las reglas del amor no hay tiempo ni espacio, sólo una eternidad llamada para siempre, y que sólo tiene sentido cuando se vive la ilusión del amor. Por que los lunes fueron hechos para extrañar el ayer y esperar por el mañana. Los martes crecen de deseos por lo que olvidamos en el tintero, para no dejarlo pasar en la próxima vez. Los miércoles llevan el suspiro y las ansias de la mitad del tiempo. Los jueves cuentan las horas con una sonrisa en la boca y destellos en los ojos con una ilusión sincera. Los viernes gritan por aquella presencia que se acerca pero que parece tan infinita e inalcanzable como el sol en el cielo. Los sábados son el reencuentro de una larga espera que se sellan con besos y abrazos sin fronteras. Y los domingos guardan la tristeza de no haber dicho lo suficiente o no haber dado más de lo necesario. Y la inconformidad esta ahí latente, esperando para recordarnos que nunca damos lo suficiente y que a los momentos justos, nunca los tenemos presentes.