Día 255

Yo confié como cualquier persona no vidente lo tiene que hacer, te amé porque pensé que estaba bien, te le ofrecí hasta lo que no tenía y obviamente me endeude y sufrí por ser tan necia y preferir una vida así. Y ahora no sabes lo doloroso que es pasar una vez más por aquella vieja esquina dónde solíamos besarnos con tanta pasión y sin importar quién nos viera al caminar. Tampoco sabes lo que es escuchar una canción y que te triga al presente tantos recuerdos que alguna vez deseamos que fueran eternos, y mucho menos sabes lo que cuesta tomar la iniciativa y arrancar por fin tu foto de mi papel tapiz, algo estropeada por el tiempo que llevaba colgada allí. Teóricamente vos fuiste un error y metafóricamente los errores están para aprender, y a pesar de todo, yo no aprendí.

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