Día 319
Pasan los meses, los días, los minutos y vos seguís ahí como si nada, ya todo te da igual, la rutina monótona ya es parte de tu vida, y respiras así, sin sacrificios ni motivaciones. Ni siquiera sos capaz de hacer algo nuevo para salirte de lo mismo, como ponerle a tu café una cucharada de más de azúcar o caminar diez cuadras de regreso a casa para ahorrar un boleto de colectivo. Sufres de insomnio, memoria a corto plazo y como si fuera poco o insuficiente, el mal de amores ya es parte de tu karma. Para variar la ingenuidad y la inseguridad suelen jugarte una mala pasada, pero quizás todo sería distinto si te animaras a salirte de lo mismo, a entrar a la soga mientras giran la cuerda, a caminar despacio bajo la lluvia sin paraguas, a mirar una película que no estaba dentro de tus géneros preferidos, a hablarle aquella persona que quizás hasta lo esta esperando, pero que nunca sabrás si tienes miedo. No digo que sera fácil, justo yo soy la primera en confesar que le temo a la palabra "cambios", pero, la lluvia no quema ni lastima, los tropiezos no son fracturas y el "no" siempre será una opción, pero si dice que "no", y bueno... él se lo pierde.