Día 358
No otra vez. Les pido por favor que no regresen, que se queden en su sitio. Así estaba todo mejor. Mucho mejor. Malditos recuerdos, tan hermosos que aún me hacen daño, que aún conocen dónde está mi debilidad. Me lastiman como las espinas de una rosa, así no puedo respirar, no puedo pensar. Basta. No quiero otra vez proyectar los sueños de aquel invierno, cuándo todo era tan distinto, más perfecto. Quédense allí, en el corazón, al fondo a la derecha, dónde ya ni me acordaba de su existencia. Olvídenme, finjan que nunca fueron míos, que nunca debieron si quiera pertenecerme. Pierden el tiempo. Aprendí a vivir con aquel dolor, aunque en algún tiempo fueron la razón de mi existir. Eso que no era eso, un sueño que duró lo que duró, aquello que una vez me digne a cerrar con candado y tirar la llave al fondo del mar, más profundo que estos absurdos recuerdos que vuelven sin ser llamados, sin nada nuevo que contar.