Día 308

El día que me vaya, deseo que me recuerden como lo que siempre fui: Una escritora frustrada que sólo escribía para un Blog -que por suerte se hizo popular entre algunos- pero nunca logro un título oficial en escritura, también quiero que me recuerden como la soñadora y fantasiosa de las historias inconclusas con finales tristes, la misma chica que moría por encontrar al amor de su vida. Quiero que en el futuro, cuando alguien mire este reducido espacio saque una buena conclusión de mi pero que no pase por alto mi realidad: Una persona sin suerte en la vida pero perseverante por sobre todo y sin necesidad de ahogar mi felicidad por un par de mal aciertos. Ojalá que para cuándo yo halla dejado de escribir sea por falta de cualquier cosa menos de voluntad e inspiración. Si alguien toma mi lugar que sea para bien, y más que para bien, que sea para mejor. Yo sólo anhelo que nadie olvide el gran entusiasmo que -aún- tengo por escribir. No me interesa escribir para un libro o cosa parecida, para mi ya no sería lo mismo. Mi sitió fue, es y seguirá siendo este Blog que con sus idas y venidas, sus caídas y repuntes, le soy leal. El día que yo me vaya, prefiero que recuerden los buenos textos que escribí con amor más que a mi como persona.

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