Día 348

Alexia noto un cambio de ánimos en él, y se detuvo. Quizás lo estaba abrazando demasiado fuerte. Ambos se recompusieron y se acomodaron al borde de la cama en silencio por unos minutos.
-...Perdóname. Es que a veces se me va de las manos esto del amor. Es todo muy nuevo para mi. -Dijo finalmente ella.
-Ni lo digas, que acá el que tiene que pedir perdón soy yo. Me he comportado como un tío cabreado estas últimas semanas y recién ahora me está cayendo la ficha.
-Pues yo no quería decirte nada pero hasta que te diste cuenta...
-¡Ah! Así que me estabas ocultando cosas. ¡Ya veras!
Luca tomó por las costillas a Alexia para hacerle cosquillas porque le gustaba escuchar su risa contagiosa retumbando en la mente.
-Ya, ya, para. Detente. -Alexia se soltó de golpe y puso cara seria. -Lo admito, no te lo he dicho antes porque quería que pasara esto, que me dieras la razón.
Alexia vió que no le cayó muy en gracia aquello y soltó una risotada más exagerada que las anteriores para romper "el hielo".
-En realidad estaba esperando otra cosa.
Luca hizo un ademán con los ojos para que ella terminara con la explicación.
-Pues estaba esperando nuestra reconciliación...
Él sonrió y volvió a colocarla entre sus brazos.
-Entonces está confirmado...
-¿Qué cosa? -Pregunto Luca.
-Que todavía me quieres. -Afirmo ella.
-¡No! ¿Tu estás loca? Yo no te quiero y la verdad nunca te quise.
El rubor de las mejillas se empezó a desvanecer y el brillo de los ojos se apagaron de golpe, como si fueran las velitas en una torta de feliz cumpleaños. Alexia se esperaba cualquier respuesta menos aquella. Luca la miró fijo y luego de suspirar pausadamente, agregó:
-...Yo te amo, y te ame desde mucho antes que lo supieras.
Entonces el aliento le volvió al cuerpo y el corazón retomó su velocidad habitual, casi tan rápido como un caballo de carrera. Y no lo dudo, volvió a abrazarlo y a besarlo más que antes, más que nunca, como si mañana pudiera cambiar de opinión de verdad.

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