Día 353
Hay besos que hablan por sí solos. Besos acaramelados, endulzados, apasionados, besos demasiados furtivos. Besos que están envenenados, amargados, cansados. Besos celosos, rencorosos, que olvidan pero no perdonan, que perdonan pero no olvidan, o que no perdonan ni olvidan. Besos que serían capaces de matar. Besos callados, sumisos, de ser posible, despreciados. Besos apostados, perdidos y ganados. Besos silenciosos, que gritan un poco más de atención. Besos educados. Besos que piden ser olvidados y enterrados. Besos tormentosos. Besos maliciosos. Besos clandestinos, los más puros en su especie. Besos ansiosos, reencontrados, emocionados. Besos pasados por agua. Besos pasados por otros males. Besos endeudados. Besos mezquinos. Besos traicioneros y traicionados. Besos de la primera vez, de la segunda, de la décima, etc. Besos sinceros, que se dan en la frente, en el corazón, en el alma. Besos que se dan en la nada, besos al aire. Besos inoportunos, a destiempo. Besos robados, sin duda los mejores de los ya mencionados. Besos temperamentales. Besos entrecortados. Besos que necesitan aire, espacio. Besos desencontrados. Besos indeseados y otros que están a la espera y nunca llegan, nunca se suceden. Besos infieles. Besos infelices. Besos que piden ir más allá, que se dejan llevar, que no miden las consecuencias. Besos con peros de por medio, con pretextos, con cualquier cosa menos con ganas de besar. Besos hipócritas, arrebatados, regalados, desperdiciados. Besos de "amigos" y de "algo más que amigos" y de "ya no se ni que somos". Besos que no quieren decirse adiós. Besos extorsivos. Besos legales, besos prometidos, besos cumplidos, besos jurados. Besos que no quieren más besos. Besos que quieren uno más y no piden más. ¿Y el tuyo cuál es?