Día 371
En un mundo paralelo, nosotros viviríamos a base de amor más que de comida y nos conformaríamos con cosas más sencillas que con un millón de dolares que no alcanzan la verdadera felicidad. En esa vida, no necesitaríamo de nada ni de nadie más, ni habría existirían limites ni títulos de formalidad para decirles al resto que nos queremos, ni siquiera a ellos les importaría, sólo a nosotros dos. Escribiríamos nuestros nombres sobre la arena sin temor a que la marea se los lleve y reiríamos a carcajadas hasta altas horas porque el tiempo sería lo de menos. Y la gente pasara y se preguntará porque somos tan felices, tan unidos, y nosotros les diremos que el secreto de todo el cuento es no tener pretextos de por medio. En un mundo paralelo seremos las personas más felices del universo.