Día 376

Había jurado que te lo había dicho, al menos unas cien veces, aunque no sé que sentido tendría si nunca me escuchas, nunca estas ahí ni siquiera para decirte "Te lo dije" en tono burlón y sin descaro, más bien con franqueza, la única forma con la que te puedo hablar seriamente. Como tu sabes, hay días malos, días grises, y están esos días en que las paredes se caen a pedazos con cualquier llanto inoportuno, ¿Y sabes cuál es la mejor parte de todo? que tu sigues sin estár, nunca se puede contar contigo, si en las buenas ni en las no tan buenas. Eres cómo una máquina de destruir todo lo bonito que una tarde me decías al oído y yo me creía cómo si de verdad esas palabras fueran para mi y esas promesas ibas a cumplir. Por eso aunque te diga que estaba segura que te lo había dicho tantas veces, me equivoque. Me faltaron otras cien veces para decirte que te odio y odio todos los malditos minutos que pasamos lejos el uno del otro y que a tí ni te importa si eso a mi me importa, porque lo que no sabes, es que a mi me importa mucho más de lo que tu piensas.

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