Día 389

20 de Julio, año 2013. Tarde. Lugar: algún sitio del enorme universo. Nuestro universo, sólo para nosotros, y porqué elegí esa fecha y no otra, pues fácil, porque fue el día en que todo empezó a suceder o volvió a suceder. Cómo cuándo se crea una máquina nueva, se resuelve un problema matemático, o empieza a sonar una canción desconocida y de pronto se vuelve tu favorita. Y en realidad no lo elegí yo, el me eligió a mi. No fue un accidente como se pensó, fueron las circunstancias de la vida, una seguidilla de decisiones paralelas que concluyeron en un mismo camino, un mismo destino, llámese, y porqué no, en una nueva oportunidad que el mundo, que tantas veces se ha complotado en nuestra contra, ese día, más precisamente, esa tarde se decide por hacernos un favor, y para variar o para quién no le de la cuenta, nos salió bien. No se cuánto durara de ahora en más, pero ese momento de cruce cósmico, químico, físico y todos los "ico" que puedan haber o existir en un diccionario de sinónimos para el buen hablante, funcionó, se conjugó a la perfección y concluyó en un amor a segunda vista, tan bello como el brote de una flor, con su encanto, su armonía y la ironía de haber renacido en un día del amigo.

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