Día 396

Por primera vez no se cómo decir lo que quiero decir, porque todo esta en la mente para decirlo desaforadamente, todo eso que no quisiste escuchar cuándo cortabas la comunicación del teléfono, pero yo sigo aguardando, lo tengo en la punta de la lengua y aún así no puedo expresarlo. Algo me obliga a callar, a tragármelo porque sí aunque necesite gritarlo y decirte todo lo que te estoy odiando en este momento por haber decidido marcharte después de tanto tiempo, que se supone que estábamos bien, pero ahora caes en la cuenta que no eras tan feliz. Y se supone que yo soy la insensible. ¿Yo? Yo tengo mil cosas por decir, sentimientos reprimidos y ahogados, exprimidos por las ganas de llorar, y lo que más duele es verte desde atrás, cómo continuas sin remordimiento, sin culpa, sin un mínimo de compasión por alguien que te dio tanto. Si tan fácil es tapar el dedo con el sol y olvidar todo el tiempo de relación, también tengo derecho a matar este amor, cómo vos mataste mis ganas de seguir. Pero no todos son iguales, algunos son peores.

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