Día 415

A dónde van a parar todo lo que en su momento no nos dijimos, lo que no supimos como decir, lo que callamos, que nos tragamos dolorosamente como las espinas de una rosa que no te deja estrecharla entre tus brazos, y que prometimos primero, juramos luego y terminamos perjurando olvidar, por miedo, por no saber ponerlo en contexto, y evitar así que las cosas se malentiendan, se vayan para otro lado al que no sabríamos remontar y ya no se podría encajar, como un rompecabezas que ya fue planeado y pensado simétrica y milimétricamente para no fallar. Y aún así, de puzzle no teníamos idea, pero supimos salir victoriosos en una contienda de miradas silenciosas, defendiendo por sobre todo nuestros respectivos orgullos y que la razón sea la única mediadora; solo así ni vos ni yo podríamos haber perdido más de lo que ya dejamos en el campo de apuestas. Cada cual seguiría su vida, un rumbo incierto con determinación, con la frente en alto y con el corazón a medio andar. Dentro de todo eso que no nos dijimos estaba la única verdad, que el orgullo y la razón nunca entenderían pero que prefieren sentenciar con silencio y dignidad.

Entradas populares de este blog

Dia 408